Aunque ni la atención, ni la percepción, ni la memoria se encuentran de manera aislada; pero en las diferentes formas del desarrollo psicopatologico, es posible discernir el defecto, la hipertrofia, y la desviación de cada uno de estas funciones.
TRASTORNOS DE LA ATENCIÓN
El Déficit de Atención se piensa que el déficit de atención es el principal signo del trastorno de atención, caracterizado en parte por: la distracción, la dificultad para seguir instrucciones, la dificultad para mantener la atención en una tarea impuesta, el no atender, la impulsividad,
y la imprudencia.
Las dificultades para mantener la atención y la impulsividad pueden impedir la adquisición de conceptos, el aprendizaje de estrategias, y la motivación.
A pesar de la confianza con que se diagnostica habitualmente el trastorno por déficit de atención, existen muchas dudas acerca de la homogeneidad y las distinciones categóricas de este trastorno. El diagnostico debe hacerse con mucha cautela en aquellos niños menores de 5 anos.
La excesiva atención
La Hipervigilancia y una elevada atención ocurren en situaciones que involucran un miedo focalizado (mirando una película de horror), los terrores nocturnos, las condiciones paranoicas (raro en la niñez), y en algunos estados de esquizofrenia aguda. La excesiva atención puede asociarse a las ilusiones perceptoras; por ejemplo, el niño ansioso o fóbico que confunde un crujido nocturno con el acercamiento de un intruso.
TRASTORNOS EN LA PERCEPCIÓN
Las percepciones falsas independientes de realidad
Las percepciones falsas independientes toman la forma de alucinaciones o pseudoalucinaciones. Una alucinación es una percepción que no tiene ninguna base en la realidad objetiva. La alucinación varia según la modalidad sensorial; forma (de amorfa a organizada); intensidad (fuerte o suave); claridad (vago o claro); situación espacial (interna o externa, cercana o lejana); y grado de convicción o urgencia que conllevan.
Las crisis epilépticas y las lesiones en el lóbulo temporal pueden asociarse con la formación de alucinaciones auditivas, olfativas, o viscerales.
El delirio es típicamente asociado con alucinaciones visuales, auditivas, o cutáneas. Las lesiones cerebrales pueden asociarse con intensas, complejas alucinaciones, y con fenómenos raros como las alucinaciones negativas, las distorsiones de la imagen del cuerpo y despersonalización.
Las alucinaciones que son el resultado de la ingestión de alucinógenos son asociadas con profundas distorsiones de la percepción sensorial y la experiencia afectiva y consecuentemente con traumáticas "escenas retrospectivas" de intrusivos recuerdos del estado imaginario.
La esquizofrenia se asocia típicamente con las desagradables alucinaciones auditivas que surgen de las distorsiones perceptores amorfas y toman la forma de conversaciones, ordenes, comentarios de las acciones del sujeto, o haciendo eco de sus pensamientos.
En los estados paranoicos, las alucinaciones auditivas tienden a ser acusatorias, degradando, controlando, o loando la naturaleza y la consistencia con las creencias del paciente.
A veces se encuentran desorganizadas alucinaciones visuales y auditivas en la manía; considerando que en la melancolía, alucinaciones depresivas (relativamente raro en la adolescencia) son consistentes con la prevalencia de culpa y autodegradación.
La pseudo-alucianciones son experimentadas en forma de pensamientos internos o imágenes. Las pseudoalucinaciones son menos convincentes que las verdaderas alucinaciones, y tienen un contenido relacionado directamente con la dificultad psíquica del individuo. Por ejemplo, un adolescente sexualmente traumatizado puede tener recuerdos recurrentes ("escenas retrospectivas") de ser atacado sexualmente, acompañándolo con conversaciones e imaginaciones visuales.
Las pseudoalucinaciones son comunes en las psicosis histéricas, los trastornos
disóciatelos, y trastornos por estrés postraumático.
Las percepciones falsas dependientes de la realidad
Una ilusión es una sensación obtenida por una interpretación falsa, es decir, una percepción errónea de una experiencia real. Las ilusiones auditivas y visuales son características de los estados emocionales intensos (la conversión religiosa) y la depravación física (hambre, sed, o fatiga).
Se encuentran también en el delirio, la intoxicación (sobre todo con los alucinógenos), la Epilepsia, la histeria, y las condiciones de psicopatía agudas. Los fenómenos de despersonalización, des realización, distorsión de la imagen de cuerpo, y alteración del sentido de tiempo son normalmente asociados con la ansiedad en la adolescencia pero también se encuentran en la intoxicación con alucinógenos y en la epilepsia, la histeria, los estados disóciatelos, y las psicosis.
TRASTORNOS DE LA MEMORIA
Los trastornos de memoria en los niños pueden ser fruto de la inhibición del recuerdo semántico y deterioro de la codificación como consecuencia de un traumatismo craneal, de un obstáculo en la recuperación de la memoria autobiográfica en un trastorno por estrés postraumático.
La relación intrínseca entre la atención, la percepción, la esquematización, y la memoria sugieren que el deterioro en una variedad de procesos cognitivos puede afectar la memoria. Así, la valoración clínica de la memoria en un niño requiere un amplio perfil de desarrollo que incluye el desarrollo cognitivo, la experiencia personal, la dinámica familiar, y el ambiente escolar.
El trastorno de memoria puede estar presente en cualquiera de los dominios de la memoria.
La imposibilidad para contar la historia sobre un suceso aplastante puede agravar los efectos de trauma psicológico. Si el niño no puede hablar sobre la experiencia que le ha asustado, esto puede presentar un riesgo de trastorno nervioso postraumático. La represión se ha atribuido, hipotéticamente, a la automatización de supresión consciente, codificando lo que ha ocurrido, pero bloqueándose la recuperación. El estado mental del sujeto en el momento de la codificación puede influir en la
Accesibilidad más tarde a la recuperación.
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